.......
Tomó su mano con delicadeza, sintió su tibieza, sonrió.
-¿Y ahora qué?
-Bueno, a esperar...
Sentía que cada segundo que transcurría era eterno. Que el dolor y el cansancio se filtraban lentamente en su cuerpo, invadiéndole los sentidos, pensando en todo lo que había pasado, haciendo planes para lo que venía. Apretó levemente la mano de su acompañante, que le regresó el gesto con otro suave apretón, haciéndole sentirse seguro.
-Vamos- le dijo la pequeña con una tímida sonrisa
Comenzaron a andar por el andén. A lo lejos, el alargado tren escarlata comenzaba a emanar nubes de humo, acercándose a gran velocidad. Un largo pitido resonó en las paredes descarapeladas del lugar. La máquina comenzó a aminorar la marcha, deteniéndose lentamente. Otro largo pitido inundó el aire. Las puertas se abrieron, dejando salir a los transeúntes de siempre. El joven subió, sujetando firmemente a la pequeña. Se sentaron. Nuevamente el tren comenzó su marcha. Afuera observaban como las nubes pasaban a gran velocidad a su lado, mientras el lago y el cielo comenzaban a fundirse en uno solo. El chico suspiró.
-Descuida- le dijo la niña- suele suceder.
~Fragmento de "De Viajes sin Retorno". Relatos Bizarros. SaraaOlea.
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