viernes, 20 de enero de 2017

Monstruo verde.

Es una mirada ciega, son oídos sordos, y es una voz, muy tenue, casi inexistente.

Un monstruo verde que está ahí dentro, oculto, del que sólo brotan pensamientos irracionales, opciones estúpidas y problemas.

Y el instinto de no ceder antes, de no bajar la mano primero, de tener la satisfacción que la comodidad me permite golpear con más fuerza.

De la nada, he entendido la razón por la que lo hacía, o lo hace, ya no sé.

Dentro de mí no vive un monstruo, ya no más.

Yo soy el monstruo.


viernes, 11 de noviembre de 2016

Catarsis.

Son las malas costumbres, esas arraigadas por años de práctica y la simplicidad para vivir que proveen.

Esa es la eterna excusa, obviamente.

Pero, irónicamente, es la explicación perfecta a una serie de eventos que han ocurrido en los últimos meses.

Soy tan infeliz. Tal parece que mi estrés, mi indiferencia, mi congoja y mi tristeza había logrado mantenerlas a raya, guardadas en esa bonita cajita ornamentada que me permitía avanzar de manera rutinaria y monótona, como un robot.

Todos los que me conocen se dieron cuenta porque, vamos, ¿quién no vería algo tan expuesto?

Sobrevivo a base de pasar horas recostada, porque si hay que admitir cosas dolorosas, más que dormir, muchas veces me la paso recostada alimentando mi ocio, refugiándome inconscientemente del mundo exterior debajo de mis cobertores.

Creí y juré que el hecho de no hacer cosas que me gustan y me inspiran ya había sido superado y la consecuente resignación ya estaba firmada y aprobada, pero tal parece que no soy lo suficientemente fuerte para que mi convicción no flaquée. O al menos mi inconsciente no lo es.

A diferencia del punto catártico de hace cuatro años, en esta ocasión me queda en claro lo que tengo que hacer. Pero, ¿a quién recurrir? Esa horrorosa sensación de ser vista con inferioridad y lástima que me ha seguido desde los once años cierra mi garganta y me impide pedir ayuda.

Tengo miedo de a que me llevará mi depresión en esta ocasión...

domingo, 20 de octubre de 2013

-

Hace un rato me han hecho una serie de preguntas a las cuales todas respondí mentalmente con un sincero "no"... Todas, absolutamente, buenas, malas, contradictorias, decisivas, sólo podía decir "no".


"No".

"Nada".

Nada. No quiero nada, nada de nada, para mi beneficio o perjuicio, en estos momentos, a estas alturas, no espero nada de mí.


"Yo creo en ti".


Eso me desgarra por dentro, porque yo ya no creo en mí. Ya no puedo creer en mí.




Lo que hago hoy en día es una forma de seguir viva. ¿Para qué? No tengo ni la más remota idea.

Hay un momento de mi rutina diaria, principalmente en la noche, cuando me canso de todo y decido dormir, en el que pienso que todo sería mejor si un día desapareciera, que se desvanezca en el aire mi persona y todo lo que implica, incluyendo recuerdo alguno de los que me conocen y me conocieron.


Probablemente, todo mundo sería feliz.


Tendrían una preocupación, un pendiente menos. No se sentirían aprensivos porque en sus vidas jamás habrían conocido a Sara. Incluso, sus existencias serían un poco mejor sin ese pequeño y molesto infortunio de tener un alguien con quien lidiar de la forma más difícil.









Yo no cedo, yo nunca cedo, soy terca como una mula y estoy harta de ello.

No entiendo como me dicen que creen en mí si no he hecho durante toda mi vida nada para que lo hagan, mas que pedirles que lo hicieran, a ciegas.










Nadie crea en mí. Es pérdida de tiempo, es estresante, es triste y es patético.

No crean en mí, y a cambio empezaré a ya no hundirlos en mi propia jodidez. Saldré de mis pendientes inmediatos y banales, y planearé desaparecer y no importunar a la gente que me rodea.

Dejarlos en paz, que sus vidas sigan un curso normal.





Lo que vaya a ser de mí... Eso no importa. 

Ya no.

jueves, 10 de octubre de 2013

께. 훔. 브. 로. 사.


Estoy cansada y estresada.



Cansada, a pesar de que básicamente no hago nada productivo.


Estresada, por cosas no exactamente sencillas de solucionar, pero con las que yo solita me voy deteniendo, deteniendo, deteniendo...





Me estoy ahogando en un vaso repleto de mis propias chingaderas.




Pero... eso ya lo sabíamos.




Todo tiende a mejorar...

¿Cierto?

martes, 9 de julio de 2013

행복(?)의 비밀.

Hace unos días comencé a pensar en mi persona detenidamente.

Tengo veintidós años, lo cual me hizo sacar cuentas y llevo aproximadamente siete/ocho años con mis problemas anímicos, y dos/tres años estando consciente de que, básicamente, tengo depresión.

Con esos números en la cabeza, no pude evitar pensar en lo triste que es mi existencia: No estoy haciendo absolutamente nada de lo que me gusta, e incluso ni siquiera sé que es lo que quiero exactamente para mí; en este punto en el que vivo el día a día de manera rutinaria, ni siquiera pensar en lo que me apasiona me motiva para continuar con mis escritos pendientes o en ponerme a curiosear para aprender algo nuevo... Eso sí, el simple hecho de estar en activo ha hecho que no me sienta tan inútil.

"Tan", que conste.

Porque, no importa lo que pase o lo que haga, siempre tengo esa sensación de que todo lo que hago no es suficiente. Sensación que he tenido por ya diez años.

Más desalentador que todo lo antes mencionado es que mi método de supervivencia ha sido... no pensar en ello.

Todo está guardado en algún rincón de mi cabeza, cientos de libretitas con recuerdos escritos en ellas, muchas tan carcomidas por su nulo uso, unas pocas algunas veces abiertas descuidadamente para ser lanzadas alrededor del lugar al darse uno cuenta de lo que realmente son. Está ahí, cierto, pero si no se ve, no existe. O algo así.







Mi secreto de la felicidad es ignorar. Ignorar y sonreír.

Aunque después el recordar sea más doloroso que la herida inicial., ¿qué importa?, vuelvo a ignorar y el círculo vicioso continua.

viernes, 8 de marzo de 2013

fun fun fun

Es divertido como los años han pasado y los que lucían decentes se corrompieron, los improbables sobresalieron, y el resto se mantuvo estable...



Es divertido porque no todos lo esperan, pero es la situación lógica. Siempre pasa.



Me río de ti, y me río de mí.
Principalmente de mí. Tú, perdón, pero...
Era chistoso en un inicio, ahora meh.







Sí, me voy a moríriiiii~~~

Who's next?

¿Les digo algo chistoso?




Hace diez años no me veía pasando los 20 años. ¿Por qué? Ni idea.



No soy capaz de verme a futuro, o no en serio. ¿Por qué? No sé.





¿Ven?

miércoles, 30 de enero de 2013

A quien corresponda.

Hace un rato hablé con mi hermana, y lloré, como me suele pasar.




Me siento culpable de dejar botado todo y a todos.


Es chistoso cómo actúo de manera egoísta casi todo el tiempo, pero siempre termino preocupándome por ayudar a cualquier otra persona menos a mí. Nunca me defiendo, ni doy un voto a mi favor, simplemente callo y le doy la razón a todos porque, sinceramente, nunca tengo ganas de pensar por mí misma. ¿Ven? Me hundo en mi miseria y en mi pendejada.


Soy cobarde y miedosa. No quiero arriesgarme a nada porque me da miedo volver a fallar, así que, en lugar de volver a intentar, hago algo totalmente diferente, algo a lo que también le encuentro un problema y lo evito, y así me voy~


Ese es el principal motivo por el cual no avanzo de ninguna manera.


No tengo ganas de pensar en algo más que no sea una solución fácil. Probablemente porque tengo esa horrible sensación de vacío todo el tiempo: No tengo exactamente un motivo por el cual avanzar.


Que triste.


Dirán que debo de luchar por mí, y les doy toda la razón. El detalle es que mi autoestima no es la mejor del mundo, hace mucho que no me veo capaz o competente siquiera para enfrentar al mundo. Se me dificulta horriblemente entablar una conversación sencilla con cualquier otra persona, y cuando llega el silencio la sensación de vacío me envuelve y siento que mis palabras son tan sinsentido que es mejor callar y dejar que el resto hable.


Es por eso que soy relativamente buena para escuchar. Al fin y al cabo, al resto le gusta hablar mucho. A mí no. A mí me gusta reír, porque libera mi estrés de estar en silencio todo el tiempo. Yo por eso escribo, y escribo demasiado: No tengo otra manera de expresarme mejor que esta.


Tengo sueño todo el tiempo. Sin importar que tuve mis correspondientes ocho horas de sueño, no puedo evitar el cansancio y el ánimo bajo.


También tengo pesadillas. La gran mayoría no las recuerdo, pero el despertar en medio de la noche asustada me basta para saber que tuve una.


Últimamente, los dolores de cabeza han aumentado. Es irónico porque yo nunca he sufrido de eso. Quiero pensar que esto se debe a que estoy acostumbrada a comer demasiados snacks a cada momento, debido a mi ansiedad constante, y el estar últimamente en una rutina larga sin probar bocado o bebida alguna debido a que no tengo dinero para ello, provocan las migrañas. Aunque, tras comprobar por tres días que a las pocas horas de tener una buena comida el dolor vuelve, ya no estoy tan segura de ello.




Mi hermana tiene razón: Necesito ir a un psicólogo. Ya me cansé de sentirme mal y desmotivada todo el tiempo. Me duele no demostrarle verdadera importancia a todas las personas que me han apoyado incondicionalmente durante todo este tiempo. Ya no puedo evadir lo que me lastima y me acongoja, porque eso he estado haciendo por años: Evadir.


Aunque hablar con sinceridad de mi jodida persona implique llorar, porque me pasa todo el tiempo, no importa. Es para bien, ¿cierto?


Algún rumbo debo de tener, ¿no?. Hay algo en el mundo que pueda hacer de manera motivada, ¿cierto?




Sí, me ahogo en un vaso con agua.

domingo, 20 de enero de 2013


¿Saben qué es lo más triste?



Que lo sé, lo sé todo. Que la que está mal soy yo, con mis pensamientos y con mis acciones y con todo. Que entre todo lo que dicen, tienen toda la razón en el hecho de que de mí depende...


Aún así, tal parece que no quiero, porque yo no creo poder.


Que patético que me estoy rindiendo tan fácil.


Sí, patético.

jueves, 10 de enero de 2013

¿Saben qué fue lo muy doloroso?






Mi mamá no me decía ya nada por miedo a que
cortarme a rape el cabello no fuera suficiente esta vez.








...
Son muy contadas las ocasiones en que he visto llorar a mis papás. Especialmente a mi mamá.









Ellos no merecen llorar por mí, un ser meramente enclenque y mediocre.
No por alguien que ya no tiene un objetivo.
No por alguien que tal parece que se ha perdido.









Reventé.
I'm officially fucked up.
Can I just give up at all?

lunes, 31 de diciembre de 2012

난... 우울해.

두통. 두통. 두통.



아프다.
슬프다.
피곤하다.











O eso...
Sí, eso.

martes, 4 de diciembre de 2012

Culpabilidad.
Ansiedad.
Miedo.
Llanto.




No puedo dormir.




No sé que voy a hacer.




Estoy jodida.






I’m sorry that I’m both your umbrella and the rain...

domingo, 2 de diciembre de 2012

Fucked up.


Ya me quebré. Traté, pendejamente traté de hacer que todo esto funcionara, mantener mi bote a flote, sonreír y todo eso. Pero no funcionó, soy cobarde y débil, no sé lidiar con la vida, y ya me cansé de tener pesadillas, de mis ojos acuosos por momentos y de estar deprimida.

Por fin ya sé lo que quiero. Es probablemente estúpido, pero yo lo soy, soy una persona banal, idiota e intolerante. Yo quiero algo, pero lo quiero a mi manera... ¿Se dan cuenta de que tan imbécil puede una persona ser?

Sinceramente pido demasiado, más viendo la situación en la que estoy. Y es por eso que me rindo, ya no puedo ir contra esa corriente turbia que me arrastra y me dice que ya no es posible avanzar desde un punto nuevo, porque yo siempre he tenido esa creencia de que partir desde un punto medio no sirve, se debe de reiniciar el ciclo para ver el verdadero cambio. Y eso es lo que necesito.

Soy alguien sumamente egoísta, es cierto, todo lo que he hecho ha sido pensar en mí... A veces me parece increíble que no haya desaparecido aún, y las razones de ello son algo sosas o para bien del resto, porque es bonito creer que sigo aquí por los demás, ¿cierto?

Lamentablemente, la segunda oportunidad la he gastado... Ya no tengo más. A estas alturas, ya no puedo pedir más.

Sólo quiero... Ser útil, y tener acceso a lo que me apasiona aunque sea para mí y para sentirme bien.

Perdónenme por errar otra vez, como es común en mí. Pero, de verdad, ya no puedo con esto, no puedo conmigo. Ya no puedo con estos pensamientos fatalistas que me acompañan a todos lados y me hacen llorar en donde sea que esté...


나는... 우울해요.


... Efectivamente, es desolador sentirte solo rodeado de tanta gente, y llorar...