Y las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. Tibias, saladas, dolorosas. Precisamente eso eran: puro dolor. Dolor, el saber que las eternas caminatas estaban por finalizar. Dolor, el nunca conocer la sensación de la nieve entre sus manos. Dolor, el no volver a sentir la suave brisa marina chocando contra su rostro con delicadeza por una última vez... Nervios, miedo, pavor. Cayó de rodillas, muy lentamente. El juego había acabado.
El papel lo decía todo. Irónico, puesto que las cosas que le habían cambiado la vida estaban plasmadas en papel... Aunque, pensándolo bien, tenía sentido, esa ocasión también había cambiado su vida: le había dado fin a ella. Escuchaba murmullos a su alrededor, alguien le hablaba, alguien le daba leves palmadas en la espalda, alguien lo ayuda a levantarse. Alguien que ya nunca más volvería a ver, que hubiera sido mejor no conocer.
De la nada, sintió que avanzaba, sólo eso, no sentía nada más. Temblaba, el nudo en la garganta le aprisionaba todo: el cuerpo, el alma, la realidad. El olor a desinfectante y las luces bajas le mareaban. Le daba asco estar en un hospital. Y vuelve a doler. Le zumbaban los oídos, el mundo se vuelve silencio y soledad. Alza la vista: se había perdido. No podía soportarlo, estar ahí era un tormento, tenía que escapar, olvidar todo, desaparecer.
Mira a su alrededor, todo está vacío. Hay un gran ventanal a su izquierda. Pequeños cuneros vacíos llenan la habitación... Excepto uno. Un cunero con mantas rosas, que se agitan cada tanto. Pierde el enfoque, se observa en el reflejo. Demacrado, pálido, ojeroso, tal como en los últimos días, tan diferente de su pasado, exactamente igual a la realidad que era. Fue entonces que se dio cuenta.
Una nueva vida comenzaba justo frente a sus ojos.
Mientras que a ella... la vida se le escapaba.
El papel lo decía todo. Irónico, puesto que las cosas que le habían cambiado la vida estaban plasmadas en papel... Aunque, pensándolo bien, tenía sentido, esa ocasión también había cambiado su vida: le había dado fin a ella. Escuchaba murmullos a su alrededor, alguien le hablaba, alguien le daba leves palmadas en la espalda, alguien lo ayuda a levantarse. Alguien que ya nunca más volvería a ver, que hubiera sido mejor no conocer.
De la nada, sintió que avanzaba, sólo eso, no sentía nada más. Temblaba, el nudo en la garganta le aprisionaba todo: el cuerpo, el alma, la realidad. El olor a desinfectante y las luces bajas le mareaban. Le daba asco estar en un hospital. Y vuelve a doler. Le zumbaban los oídos, el mundo se vuelve silencio y soledad. Alza la vista: se había perdido. No podía soportarlo, estar ahí era un tormento, tenía que escapar, olvidar todo, desaparecer.
Mira a su alrededor, todo está vacío. Hay un gran ventanal a su izquierda. Pequeños cuneros vacíos llenan la habitación... Excepto uno. Un cunero con mantas rosas, que se agitan cada tanto. Pierde el enfoque, se observa en el reflejo. Demacrado, pálido, ojeroso, tal como en los últimos días, tan diferente de su pasado, exactamente igual a la realidad que era. Fue entonces que se dio cuenta.
Una nueva vida comenzaba justo frente a sus ojos.
Mientras que a ella... la vida se le escapaba.
~La verdad, ante todo. Te Regalo un Cuento. SaraaOlea.
Un nuevo proyecto que ha surgido. Finalmente tengo varios proyectos reales, a largo y corto plazo, que quiero y estoy tratando de que sigan y sobrevivan.
No pasé el examen de la UNAM. Ni modo que me awite :) Estudiaré mucho para la 2da. Vuelta, y planeo hacer dos exámenes, aunque yo tenga que pagar uno, no me importa ^^
Sigan sonriendo, que la vida es una sola. Y hay que celebrar.
1 comentario:
wow.. ;__;
me dio sentimiento lo qe escribiste
qe lindo y triste a la vez
al menos eso me parecio..
deberias escribir un libro
hay taaaanta gente qe deberia escribir un libro..
yo lo leeria, en una libreria sin comprarlo porqe soy pobre y vivo
del dinero de mis padres hahaha xD
byeee Saaaraa sigue escribiendo cosas qe me hacen sentir mas culta por solo leerlas ^^
feer :3
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