Hasta cierto punto, cansa. El insomnio, los sueños extraños un día sí y el otro también, el constante cansancio, la tristeza, la palidez.
No sé lo que quiero, y eso me da miedo. Por momentos pienso que algo de ayuda no me vendría mal, pero no me atrevo, no cuando siento que nadie me creería, así que mejor me lo callo, lloro en silencio y en la oscuridad, ignoro a todos, me pierdo en mis fantasías y cavilaciones, como, sonrío, me resquebrajo.
Ya no creo en mí. Creo que realmente nunca lo he hecho. Soy terca y me gusta ver que alguien más solucione lo mío, no sé si por costumbre o por ver que soy relevante para alguien un momento, aunque después llore por esa misma razón.
Tengo miedo de todos estos pensamientos que pasan de vez en cuando en mi cabeza. ¿Así acabará la novela? Si es así... Es, posiblemente, el peor final de todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario