viernes, 20 de enero de 2017

Monstruo verde.

Es una mirada ciega, son oídos sordos, y es una voz, muy tenue, casi inexistente.

Un monstruo verde que está ahí dentro, oculto, del que sólo brotan pensamientos irracionales, opciones estúpidas y problemas.

Y el instinto de no ceder antes, de no bajar la mano primero, de tener la satisfacción que la comodidad me permite golpear con más fuerza.

De la nada, he entendido la razón por la que lo hacía, o lo hace, ya no sé.

Dentro de mí no vive un monstruo, ya no más.

Yo soy el monstruo.


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